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Baja visión y adaptación de ayudas visuales

¿Qué es la baja visión y la rehabilitación visual?

La Baja Visión es una disminución de la capacidad visual de una persona debido a pérdidas de agudeza visual, de campo visual o por deslumbramiento. Estas pérdidas se suelen deber a diversas patologías, impidiendo que la persona pueda realizar tareas que influyen en su vida cotidiana y de sus familiares y demás entorno.

Ante esta situación, la persona debe adaptarse e intentar aprovechar al máximo sus capacidades visuales, aunque no siempre es fácil si no se les enseña mediante rehabilitación visual. Para ello, se les crean nuevas estrategias visuales y empleando ayudas especialmente adaptadas a cada caso.

Rehabilitación visual en baja visión

Una vez que el paciente ha sido valorado por su oftalmólogo para diagnosticar la patología ocular que tiene y llevar su seguimiento, debe ser valorado por un optometrista especializado en baja visión. Una persona con baja visión lo primero que debe pasar es por la fase de aceptación de su limitación visual debida a la patología y querer poner todo de su parte para aprovechar su resto visual útil.

Para ello es importante que tenga el mayor apoyo de su entorno, asumiendo todos esta situación y queriendo colaborar en este proceso de adaptación y rehabilitación. Es muy importante crear un ambiente positivo.

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¿Qué podemos hacer por una persona con baja visión?

Cuando una persona con baja visión acude a nuestra clínica de optometría, hacemos un estudio exhaustivo de su caso, sus necesidades, valoración de capacidades visuales y sus expectativas. Para ello, hacemos un examen optométrico específico individualizado para pacientes con baja visión. De esta forma podremos valorar cualquier posibilidad para mejorar su rendimiento visual.

¿En qué consiste la rehabilitación visual?

Una persona con baja visión no sólo debe disfrutar de un examen visual optométrico individualizado sino que una vez valorado su caso, hay que buscar todas las opciones de ayudas posibles y todas requieren un proceso de rehabilitación y enseñanza para conseguir los mayores objetivos posibles.

Cualquier sistema, por sencillo que parezca, debe ser calculado, valorado, probado y debemos entrenar al paciente para que pueda utilizarlo de la forma más útil.

¿Qué son las ayudas visuales?

En muchas ocasiones, las gafas convencionales no son suficientes para poder realizar tareas que el paciente con baja visión quiere hacer y necesita la utilización de ayudas visuales.

Entre las ayudas visuales podemos adaptar:

  • Filtros selectivos: Son lentes con filtros especiales y que pueden ser graduadas o no. Según la necesidad visual de la persona con baja visión ayudan a conseguir mejor potencial visual y contraste. Estos filtros, a su vez, protegen a los ojos de radiación nociva.
  • Ayudas ópticas: Entre ellas podemos encontrar sistemas con lentes como:
    • Ayudas ópticas para ver de lejos:
      • Sistemas telescópicos: Permiten mejorar la visión de lejos, ver la tele o el nombre de una calle. Los hay de diferentes tipos, pudiendo ir montados en gafas o bien sueltos para uso puntual. Existen otros sistemas telescópicos que lo que permiten es apreciar una ampliación de campo, como sucede en casos de glaucoma en los que se pierde el campo periférico.
    • Ayudas ópticas para leer y escribir:
      • Existen distintos tipos como lupas o sistemas microscópicos. Tanto unos como otros, requieren ser calculados para la necesidad del paciente y que se les enseñe a utilizarlos. Es decir, no vale una lupa cualquiera, ya que en muchos casos, al no ser calculada y entrenado para su uso, acaba sin ser utilizada y sin sacarle el máximo partido. Las hay con luz, con soportes, manuales…En todas ellas, la calidad óptica de la lupa es fundamental.
      • Microscopios: son sistemas con grandes posibilidades de aumentos, pudiendo ir montados en gafa para dejar las manos con libertad para hacer tareas. Son ideales para la lectura continuada.
      • Telemicroscopios: permiten ver de cerca pero a una distancia más alejada que con el microscopio.
    • Ayudas visuales electrónicas:
      • Las nuevas tecnologías han permitido grandes avances en el día a día para los pacientes con baja visión. Estos sistemas son aquellos en los que se pueden ampliar la imagen, variar el contraste, tipo de letra… Son los sistemas que dan un mayor nivel de magnificación.
        • Lupas electrónicas
        • Lupas televisión
    • Ayudas no visuales
      • Entre ellas, se encuentran los sistemas especiales de iluminación, otros para favorecer la escritura y una gran cantidad de elementos que hacen que las actividades cotidianas sean un poco más fáciles.

Enfermedades más comunes que causan baja visión

La evaluación y tratamiento de las patologías que pueden ocasionar baja visión corresponde al oftalmólogo. Junto con este trabajo, el paciente debe tener la intervención de otros profesionales, entre ellos, un optometrista especializado en evaluación en baja visión y su rehabilitación para aprovechamiento del resto visual y aplicación de las ayudas necesarias.

Entre las patologías que suelen producir baja visión en mayor o menor medida, se puede destacar:

 La DMAE es una enfermedad crónica de origen multifactorial que afecta a la mácula, zona de la retina, responsable de la visión central. Debajo de la retina, aparecen unas alteraciones llamadas drusas, dando lugar a un proceso más o menos lento pero crónico y que afectan a la visión central.

Existen dos tipos de DMAE: la seca y la húmeda. La forma seca actualmente no tiene tratamiento si bien los complementos con antioxidantes se consideran necesarios para estos casos. La forma húmeda se trata con fármacos, llamados antiangiogénicos que se suministran mediante inyección intravitrea.

Una persona que sufra DMAE presentara como síntomas visión central alterada, bien en forma de manchas negras (escotoma), deformaciones del objeto observado, líneas torcidas (metamorfopsias) o bien perdida repentina de la visión central.

Retinopatía diabética
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica que se caracteriza por una aumento de los niveles de glucosa en sangre. Afecta a distintos órganos: ojos, corazón, riñón, tanto en el tipo I de la enfermedad como en el tipo II. Los años de evolución de la enfermedad, el control glucémico (manteniendo la hemoglobina glicosilada, HgA1, cercana a 7 mg/dl) son fundamentales. La hipertensión, el embarazo y las enfermedades renales son influyentes en el desarrollo y evolución de la enfermedad.

La afectación de la vista por la diabetes es especialmente grave cuando ocurre en retina, en forma de retinopatía diabética. El paciente que la sufre, manifiesta pérdida de visión así como manchas negras. En todos los pacientes diabéticos, el control oftalmológico es fundamental, independientemente de que luego utilice ayudas visuales para su día a día. Hay que tener en cuenta que una vez desarrollada la enfermedad, no desaparece y los objetivos son que no avance, se controlen los síntomas y que la persona diabética tenga las ayudas necesarias para su día a día.

Miopía Magna
La miopía magna o patológica es considerada una de las principales causas de ceguera legal. Se considera miopía magna cuando la longitud del globo ocular es mayor de lo normal o cuando la miopía es mayor de 6 dioptrías.

Es característico de estos pacientes que presenten destellos luminosos y moscas volantes que se perciben al proyectarse una sombra sobre la retina. En estos casos, es muy importante la valoración oftalmológica, dada la gran relación que tiene la miopía magna con el desprendimiento de retina.

Las personas con miopía magna tendrán mejor tratamiento si hay mejor control de su fondo de ojo, pero una vez que queda disminuída la agudeza visual o el campo, la utilización de ayudas visuales se convierte en indispensable para una vida cotidiana lo mejor posible.

 En los últimos años, el control de la progresión de la miopía en niños se ha convertido en una gran pilar de nuestro trabajo, dado que su aumento está siendo muy elevado a nivel mundial, estando en algunos países en niveles de prevalencia de pandemia. Existen evidencias científicas en tratamientos para control de miopía. En nuestra clínica de optometría, estamos certificados por prestigiosos centros especializados en el control miópico y en sus tratamientos.

Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad ocular que se caracteriza por la pérdida de visión por la afectación que sufre el nervio óptico, generalmente, por un aumento de la presión intraocular (PIO). El glaucoma ocular es difícil de detectar ya que no suele presentar síntomas y cuando aparecen suelen ser en fases avanzadas de la enfermedad. La prevención y los controles en estos casos son fundamentales puesto que una vez hay daños, no son recuperables.

Los síntomas son difíciles de detectar y cuando se aprecian es cuando la enfermedad está avanzada. Por este motivo, se le conoce también como la ceguera silenciosa. Generalmente se manifiestan por una pérdida de campo lateral de visión (campo de visión periférico) aunque en otros casos, ante un ataque de glaucoma agudo se pueden dar otros como visión borrosa repentina, ojo rojo, dolor intenso de ojo y cabeza, naúseas, vómitos.

En los casos de pérdida de visión de campo, el paciente precisa la utilización de ayudas visuales para un mejor manejo en los desplazamientos, entre otras situaciones.

Retinosis pigmentaria

Es una de las enfermedades producidas por desórdenes genéticos y que afectan a las células de retina conocidas como fotorreceptores, perdiendo su capacidad para responder a la luz.

Se le conoce también como retinitis pigmentaria y cuando una persona padece esta enfermedad, existe hasta un 50% de posible transmisión de la enfermedad. Aunque no todas las formas hereditarias tienen la misma gravedad, ni igual evolución, la forma recesiva suele ser la más grave. Siempre afecta a los dos ojos.

Los síntomas principales son una pérdida o dificultad de adaptación a la oscuridad, disminución progresiva de la agudeza visual, importante disminución del campo periférico (visión en “túnel” o en “cañón de escopeta” , manteniéndose la visión central como si el paciente viese a través de los cañones de una escopeta.

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